EUROPA
PRESS
21 mayo
2018
Riesgos
de viajar para un trasplante capilar 'low cost'
Se calcula que al día un centenar de
españoles viajan a Turquía para someterse a un tratamiento capilar. Parece que
últimamente está de moda. Es una cifra muy alta a pesar de que los riesgos de
que algo vaya mal en el proceso son altísimos. Al final en estos casos, y como
en todo por desgracia, lo barato suele salir caro a la larga. El trasplante
capilar es una técnica quirúrgica efectiva y segura, pero que debe ser realizada
por profesionales cualificados.
"Está de moda desde hace años viajar a Turquía para
someterse a un trasplante capilar en centros de bajo coste. De hecho, el
gobierno turco subvenciona el viaje. Lo que en España puede conllevar un coste
de unos 8.000 o 9.000 euros, en Turquía suma un total de 2.000-2.500
euros", avisa en una entrevista con Infosalus el
dermatólogo Sergio Vañó, director de la Unidad de
Tricología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Así, este experto alerta del riesgo de someterse a una intervención
capilar en esas clínicas 'low cost'
porque, según alerta, fuera de la UE la legislación es muy diferente y no es
tan rigurosa y segura como en los países de la Unión, aparte de que
"muchas veces, las cirugías las realizan profesionales que no son
médicos".
Además, llama la atención sobre el hecho de que se suelen
emplear en estos tratamientos aparatos que no son adecuados, ni tampoco los
medios en los que se interviene al paciente. De hecho, Vañó
destaca que son muchos los tricólogos españoles que reciben a pacientes con
secuelas tras estos tratamientos low cost procedentes de Turquía.
"Realmente vemos importantes complicaciones que muchas
veces son irreversibles en el cuero cabelludo. No obstante, sí quiero destacar
que, a pesar de que la gran mayoría sean clínicas low
cost de tratamientos capilares a bajo coste, también
en Turquía hay compañeros que son médicos especialistas, que se dedican a ello
en primer nivel, aunque eso sí, sus centros y precios no son los low cost", afirma el
tricólogo.
Otro de los inconvenientes sobre el que el experto llama la
atención es la falta de seguimiento tras la realización de los injertos
capilares, una parte del proceso a su juicio "esencial" para que
concurra el éxito del tratamiento. "En estas clínicas no se hacen
seguimientos, y sí pueden realizarse cicatrices en zonas donde, por ejemplo, se
extrae el pelo, o también nos encontramos con pelo implantado donde no se debe.
Hay que tener en cuenta que el trasplante de pelo es irreversible y las
cicatrices no se pueden mejorar", subraya el doctor Vañó.
El especialista del Hospital Ramón y Cajal de Madrid
sostiene también que hay algunos casos en los que en el propio seguimiento,
tras el injerto capilar, se debe cambiar la terapia médica a seguir, porque no
todos los pacientes evolucionan de igual manera. "La parte postoperatoria
es tan importante como la cirugía y en estos viajes 'low
cost' no se acomete", aprecia.
En su opinión, un tratamiento capilar hoy en día se valora
como algo estético, cuando en realidad se trata de un problema médico, para el
que un especialista debe decidir cuál debe ser el tratamiento. "Se deben
emplear tratamientos tópicos o de vía oral para mantener buenos resultados tras
el injerto capilar, pero si no se hacen, esos resultados serán menores de lo
esperado y, al final, lo barato saldrá caro", advierte Vañó.